Uno de los más grandes artistas en la historia de la humanidad. Pablo Picasso fue un pintor y escultor español que experimentó en muchas corrientes artísticas en las que siempre fue un revolucionario. La compleja perspectiva de Picasso con respecto al mundo se puede identificar fácilmente en su obra. Él fue el creador, junto a George Braque, del cubismo, una corriente artística que significó la ruptura por completo de la pintura tradicional, a través de esta utilizaba las figuras geométricas para representar los elementos de la naturaleza.
La falta de armonía en sus pinturas es una muestra de su extraña visión sobre la realidad y su rebeldía con respecto a la estética que traía la pintura en los siglos anteriores. En muchas de sus pinturas podemos observar dos perspectivas del mismo objeto que no tienen relación con respecto al punto de partida, es decir, podemos ver en un mismo rostro cubista la nariz de perfil y la boca de frente, dando como resultado una ruptura de la realidad y semejanza que siempre había querido tener el arte.
¿Loco o genio?
Picasso impregnó de locura todas sus facetas como artistas, allí incluimos su papel como dibujante, grabador, ilustrador, escultor y diseñador. Lo magnífico de este artista fue su capacidad para romper los paradigmas de la pintura y ser aceptado con todas estas innovaciones como arte. De esta manera sus pinturas cobraron autonomía, y pasaron a ser una especie de collage de la realidad.
Él a través de colores monocromáticos pintó paisajes, rostros, floreros y demás objetos de arte típicos pero, lo transformó en algo antiestético, donde incluso llego a pegar e incrustar objetos dando como resultado una mezcla entre pintura y restos. Al igual que él, su arte no es fácil de entender, puesto que toda percepción asume sensaciones y texturas distintas.
